Todos
los años, al acercarse el final del invierno, quienes trabajamos en cualquier veterinario de urgencias de Fuenlabrada
tenemos que prepararnos porque va a dar comienzo la época de las orugas y eso
significa que, a lo largo de las próximas semanas recibiremos algún caso de
picaduras de estos insectos. Algunas orugas, especialmente las de una especie
conocida como procesionaria, coincidiendo con el final de los días fríos descienden de sus nidos en largas hileras en
busca de un lugar donde enterrarse, tejer sus capullos, y poner sus huevos.
Estas orugas en concreto tienen el cuerpo cubierto por millares de pelos que
contienen una sustancia muy peligrosa para los perros. Los perros, movidos por
la curiosidad, tratando de averiguar qué es esa fila larga de bichos que se
mueven, tratan de olisquearlos y, al hacerlo, su hocico entra en contacto con
esos pelos y loa reacción que provocan es prácticamente inmediata.
El perro comienza a salivar y a lamerse, como resultado que algunos de estos
pelos se le pegan en la lengua y la garganta, que comienzan a inflamarse de
forma que, en apenas unos minutos, el perro puede llegar a asfixiarse hasta
morir. Al contacto con las mucosas, la lengua puede reaccionar formando ampollas
y úlceras. En los mejores casos, el perro termina por perder parte del tejido
de la lengua por causa de la necrosis de los tejidos.
Si tu perro se ha acercado a una de estas filas de orugas y comienza a aullar o
a tocarse el hocico con las patas, no pierdas un segundo y tráelo de inmediato
a un veterinario de urgencias de
Fuenlabrada
donde, sin tardanza le administraremos los medicamentos
necesarios para frenar la inflamación.
Como medida de prevención, desde la Clínica
Veterinaria Parque de los Estados
te recomendamos que evites con tu perro las
zonas de paseo en las que haya pinos, abetos o cedros.
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